El antiguo poblado ferroviario de la Encina (Villena, Alicante) dispone de un valioso patrimonio ligado a la actividad ferroviaria histórica desarrollada desde mitad del s.XIX hasta mediados del s.XX, aproximadamente.
Su origen se remonta a 1863 con la construcción de la estación de La Encina. Surgió como lugar de empalme y transbordo entre las líneas Valencia-Madrid propiedad de la compañía AVT (Almansa-Valencia-Tarragona) y Alicante-Madrid explotada por la compañía MZA (Madrid-Zaragoza-Alicante).
A partir de este momento surgieron una serie de servicios y construcciones vinculados al uso ferroviario, y la población fue aumentando. La Encina vivió su momento más álgido a mediados del siglo XX, llegando a tener más de 1200 personas censadas.

Años después, los adelantos técnicos y la evolución en las formas de transporte de pasajeros, marcaron el inicio de la decadencia de la estación de La Encina. La población disminuyó drásticamente hasta la centena de habitantes, y hoy apenas queda actividad ferroviaria en la localidad.
La falta de mantenimiento y el abandono, y la falta de protección específica eran un gran problema. El patrimonio ferroviario de La Encina urgía de una protección superior a la que poseía.
Por ello, en 2020 se redactaron las fichas de protección de los elementos singulares de La Encina, que han supuesto la declaración como Bien de Relevancia Local (BRL) del poblado ferroviario de La Encina de Villena por la Conselleria de Cultura.

La resolución de Conselleria considera que la estación de ferrocarril y el resto de edificaciones de esa zona (antiguas escuelas, los grupos de viviendas de la compañía MZA, el grupo de viviendas de la compañía ‘Caminos del Norte’, el antiguo almacén de vías y obras, el puente giratorio, el depósito de agua, el depósito de agua de las 64 viviendas el y barrio de las 64 viviendas) “poseen un grado relevante de valores arquitectónicos, históricos, etnológicos, tecnológicos y otros de naturaleza cultural, entre ellos los paisajísticos, sociales e industriales”.