La Ermita del Socós de Caudiel (Castellón) es un edificio religioso cuyo origen remonta al siglo XV, cuando se eleva la construcción original, correspondiente a la actual primera crujía. Consta de una planta rectangular, compuesta por una nave única dividida en tres crujías, separadas por dos arcos de sillería, uno apuntado y otro rebajado, cubierta por una tejado a dos aguas con estructura vista de madera. Consta de tres vigas en cada tramo, colocadas longitudinalmente, sobre las que se apoyan pares y tablas. La solución de acabado de cubierta es también tradicional, consistiendo en una base de barro con paja, mezclado con un poco de cal, sobre la que se asientan las tejas cerámicas árabes.
En 2009 se encontraba abandonada, sufría patologías estructurales y actos vandálicos que ponían en peligro su integridad material. El avanzado estado de deterioro de la edificación, principalmente de la cubierta, y la presencia de numerosas grietas, exigió una intervención con el fin de evitar la ruina del monumento. Las patologías que aparecían en el segundo arco correspondían perfectamente a un vencimiento de los muros laterales por exceso de empuje del arco interior y la falta de inercia de la mampostería perimetral o la ausencia de contrafuertes. Además la cubierta presentaba un estado de conservación lamentable, modificando el reparto de esfuerzos. El altar así como el púlpito presentaba gran deterioro. La puerta de entrada original fue sustituida por una puerta de muy mal calidad, cuyas tablas rotas o desaparecidas, dejaban grandes espacios vacíos facilitando el vandalismo en su interior.
Las obras de restauración consistieron en la sustitución de todos los elementos deteriorados de la cubierta, el picado y enlucido de la totalidad de la nave, la realización de un pavimento, así como de las instalaciones eléctricas y de iluminación. En cuanto al pavimento se ha decidido optar por un suelo elevado y ventilado con el fin de evitar cualquier tipo de subida capilar, y ventilación del pavimento original. Se definió su límite mediante la presencia de un rodapié metálico. Por último se colocó una puerta de madera antigua, con el objetivo de respetar la estética original.
La intervención permite tanto resolver los problemas de salvaguarda del inmueble como darle un uso posterior, ya que consideramos que la utilización del espacio es fundamental para la conservación del edificio. Dicho uso es público y vinculado principalmente a actos culturales. Para lo cual la decisión del nuevo suelo elevado resultó fundamental.