La villa de Castielfabib es un municipio situado en el enclave del Rincón de Ademuz, en el interior de la provincia de Valencia. A pesar de su tamaño, alberga gran cantidad de patrimonio cultural tanto material como inmaterial debido, entre otros motivos, a su importancia histórica. El Convento de San Guillermo de Castielfabib data del siglo XVI. Se trata de un monasterio franciscano, de una gran importancia en la zona. Con la desamortización de Mendizábal es abandonado, pero no es hasta 1912, cuando la empresa de electricidad Teledinámica Turolense se plantea construir una central hidroeléctrica en la localidad y, con los terrenos del convento de su propiedad, desmontara la mayoría del conjunto conventual para reutilizar la materia prima de sillería de sus muros y estructuras.
Desde comienzos del s.XX hasta nuestros días, y con los restos ruinosos de la iglesia como único testigo, el espacio ha sufrido mucha degradación debido a las inclemencias del tiempo provocando que sus restos se encuentren actualmente en un estado de deterioro muy avanzado que pone en peligro su estabilidad y conservación.
La «Asociación Cultural Castielfabib» ha actuado todos esto años como promotora de las fases de recuperación, así como las jornadas de voluntariado, responsabilizándose de todo aquello relativo al Convento de San Guillermo. Hasta el momento, se han recaudado fondos para poder acatar las primeras obras de emergencia y excavaciones arqueológicas necesarias.
La primera de las fases de estabilización de las estructuras aéreas que se encontraban en riesgo de colapso, se realizó a comienzos de 2016. Unas estructuras auxiliares reversibles, «abrazan» los muros y esquinas más débiles, a la espera de una fase posterior que recupere la estabilidad estructural. La fase también conllevó las primeras excavaciones puntuales hasta cota cero.
La segunda fase de intervención, se realizó la consolidación de las yeserías barrocas del arco noroeste, y el año siguiente la misma consolidación en el arco sureste. De igual manera que ocurre en diversos puntos del edificio, existían numerosas fisuras en todos los elementos decorativos, tanto en las configuraciones verticales, horizontales y oblicuas. Estas grietas son más problemáticas, debido a la entrada de agua que genera su situación a la intemperie, y por lo tanto a un previsible empeoramiento rápido de la situación.
El proyecto sigue abierto y en continuo proceso de recaudación de fondo para conseguir la recuperación del edificio desde su estado actual de ruina, excavar y estudiar los restos, así como musealización del conjunto.
El proyecto arquitectónico se está llevando a cabo desde los comienzos por Álvaro Vázquez Esparza y el equipo e ARAE Patrimonio y Restauración. El proyecto arqueológico se llevó a cabo por CAVEA (de 2012 a 2017) y por TEA Difusión cultural (de 2018 hasta la actualidad).